Sepúlveda por controversia de licencias médicas: “En Chile, la corrupción se ha ido convirtiendo en una forma de vida”
Por Eduardo Sepúlveda
26.05.2025 / 23:36
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El panelista de Tolerancia Cero deslizó una reflexión sobre el debate que se ha generado tras el informe de Contraloría, el cual da cuenta de que funcionarios públicos viajaron al extranjero mientras se encontraban con reposo médico.
No estuve en el programa antepasado porque fui a un foro en Singapur, que fue como viajar al futuro. Un futuro no distópico (como está de moda decir) sino que utópico. A un país que funciona muy bien y que tiene un estándar de vida altísimo.
Mientras, en Chile la atención estaba en escándalos de corrupción como ProCultura y el de las licencias médicas. Conversando con el canciller de Singapur le pregunté cómo su país había logrado estar en los primeros lugares de los rankings de probidad.
Me respondió que ellos entendieron que la corrupción es parte de la vida, pero que un país no puede permitir que la corrupción se convierta en una forma de vida.
Fue duro escucharlo, porque en Chile la corrupción se ha ido convirtiendo en una forma de vida.
Es fácil hoy poner el foco en el gobierno actual; mal que mal, tanto el caso ProCultura como el de las licencias médicas irregulares tienen como “niños símbolo” a dos amigos del Presidente Boric.
Pero esto es mucho más masivo y profundo.
Tal como el talento se reparte por igual en la población, sin diferenciar estrato social, religión o posición política, la posibilidad de corromperse también es transversal: en la izquierda y la derecha, en el mundo público y el privado, entre hombres y mujeres.
Pensemos que casi un tercio de las personas evade el pago de transporte público en Santiago. Que se aumentan sueldos con horas extras falsas. Que miles no pagan el crédito universitario. Que médicos operan en clínicas privadas aprovechando la licencia que presentaron en un hospital público. Que está lleno de personas que se auto roban la tarjeta de crédito.
Todo eso es corrupto. Y lo hemos transformado en una forma de vida.
Viviendo así, el futuro de Chile se ve negro.
¿Qué hacer? La Contraloría y el periodismo han hecho bien su trabajo, pero los otros poderes del estado tienen que reaccionar. Lo primero es fiscalizar de verdad. En Singapur se hacen “revisiones sorpresa” a todos los funcionarios públicos, desde el Presidente para abajo, por un organismo autónomo. Y el castigo es durísimo.
Por eso lideran los rankings de probidad.
Nosotros debiéramos convertir esta crisis en una oportunidad de romper el círculo vicioso de la corrupción.